Mi experiencia en Birmingham 21/12/2005
(Fotos: Neus, Meri y yo en Birmingham, Graduación en el 2006, Exursión a Oxford con Meri, Neus, Sonsoles, Bea y amiga de Neus, Fiesta 2005 despedida con Montse y Angie, con Neus y Meri cenando en la cocina de la Cottage, Cintia y yo comiendo frankfurt en el mercado alemán, Meri y Cintia un break de estudiar en mi cuarto).
Tras casi un año en Scotland (otra historia para contar...) en Septiembre 2003 comencé una nueva vida en Birmingham. La razón, realizar mi sueño de formarme como Midwife (comadrona/partera). Reconozco que cuando vi la ciudad desde la autopista ya no me gustó, se veía todo gris plomo, todo de hormigón, como una fábrica gigantesca e inacabada. Sin embargo algo sí me agradó: pusimos la radio en la furgoneta y cuál fue mi sorpresa al notar que entendía lo que decían. "¡Así que entiendo el inglés! ¡Seré capaz de sacarme la carrera!" Aunque el inglés de las Midlands se parece más al que nos enseñan en las academias que el que hablan en Scotland, en Birmingham hablan con el "Broomy accent", con lo cual Birmingham lo pronuncian así: "Beeeermengaam".
Alquilamos Pini y yo un piso en el centro de la ciudad. Teníamos el concepto de que vivir en el centro de una gran ciudad es siempre una ventaja, mejores transportes y comunicaciones... etc. Esto no es así en Bham. Vivimos unos meses en el barrio de los joyeros (supuesta atracción turística), donde no existía una sola tienda de comestibles, así que tenía que andar 25 minutos para comprar básicos de supervivencia, y para ir a trabajar tardaba más de una hora porque las combinaciones de autobuses eran ridículas y la frecuencia de juzgado de guardia. Acabé del "city centre" y las esperas en las paradas del bus hasta las narices.
Meses más tarde (Pini se fue a Italia) dejé el centro para compartir una lovely cottage con mis amigas en Sutton Coldfield, un pueblo de las afueras, y me compré un viejo Micra. Aquello fue lo mejor que pude hacer. Con mi cochecito tardaba 20 minutos para ir al trabajo y 5 para ir al ASDA (centro comercial). Vivíamos bien, tranquilas y comunicadas. Al final todas nos compramos coche, fue la solución a todos los problemas.
Birmingham es una gran ciudad pero a los urbanistas habría que colgarlos. En el mismo centro se mezclan las industrias y naves con centros comerciales. Es una ciudad sin historia, sin cultura, sin carácter propio. Pese a estar rodeada de pequeñas poblaciones históricas medievales, herederas del reino de Mercia donde se libraron decisivas batallas para Inglaterra bla bla bla... Birmingham fue creada de la nada por las poblaciones de mineros semiesclavos del siglo XIX durante la revolución industrial. Por eso no hay ni un solo monumento o edificio histórico que tenga más de 150 años.
Por suerte el año que yo llegué acababan de inaugurar el famoso centro comercial "Bullring" que considero que está bastante bien, pero no quiero ni pensar cómo era Birmingham antes.
Hay una calle en Birmingham, Broad street, donde se encuentran todos los locales, pubs y discos de la ciudad. Está bien, hay que decirlo, pero no nos atrajo como para acudir cada semana. Para bien o para mal, el estilo de vida que llevé con mis amigas en Bham fue más bien "contemplativo", muy casero y campestre. Un tanto aburrido a veces, pero no teníamos muchas opciones. Salir a tomar una birra al pub de la esquina, ir un día de excursión a Warwick o a Lichfield... o sacar la botella de Martini en la cocina... jeje. También hay que añadir que hicimos vida recluida de estudiantes, y que teníamos internet.
Sobre la experiencia de estudiar en Bham, ha sido muy interesante. Cada una de nosotras lo ha vivido a su manera. Cuando digo nosotras me refiero a que al comenzar el curso me encontré que en mi clase había dos paisanas, Neus y Meri, y el curso siguiente se unieron 5 más españolas.
En mi caso, después de tantos años luchando por ser comadrona, el primer día de clase se me llenaban los ojos de la emoción, no me lo podía creer. Quizás por eso comenzé el curso con tanto entusiasmo y todo me parecía perfecto y maravilloso, hasta que poquito a poco fui descubriendo que en todas partes cuecen habas.
Sin embargo el sistema es virtualmente bastante bueno. Hay muchas cosas que ojalá las tuvieramos en España. Por ejemplo que te asignen una tutora a la que puedes consultar, con la que puedes negociar los días y áreas de prácticas y que además te tiene que apoyar si te encuentras en dificultades en el área clínica. Otra cosa que me sorprendió es que para hacer los trabajos que nos mandaban, podíamos solicitar tutorías con la profesora en cuestión y ella nos explicaba cómo hacer el trabajo. ¿Qué pasada no? En la práctica todo esto no funcionaba demasiado bien, pero no me di cuenta hasta final de curso.
Al princio del curso nos vendieron la moto con el nuevo sistema llamado "Adult learning", que consiste en que si quieres aprender algo, te vas a la biblioteca y te lo buscas tú solita porque ya eres mayorcita. Me costó adaptarme a ese sistema de estudios la verdad, pues esperaba que me dieran apuntes en clase y lo único que hacíamos era escuchar las batallitas de nuestras profes y recoger la lista de bibliografía que teníamos que estudiar. Nos sentimos un poco perdidas pero por suerte el temario está bien delimitado en nuestra profesión, y dentro de lo que cabe algunas profesoras sí que nos indicaban de dónde era mejor estudiar. El resultado es que no tengo realmente apuntes sino una buena colección de caros libros.
Por suerte al principio de curso una profesora se dio cuenta de que Neus, Meri y yo no teníamos ni idea de qué era un "essay" y nos explicó más o menos cómo hacerlo a las puertas del primer examen. Se suponía que tenían en cuenta que para nosotras era más difícil por el idioma, pero a la hora de corregir no lo tenían tan en cuenta, claro.
En nuestra clase había inglesas y africanas sobretodo. Desde el principio intenté relacionarme con todas las compañeras y evitar quedarnos las tres catalanas juntas. No les hacía gracia que habláramos en nuestro idioma. Creo que las profesoras también valoraron que participara bastante en clase. A veces participaba porque sí, preguntaba algo que ya sabía, para hacerme notar. Nunca me cansé de recordarles mi vocación y dedicación por la profesión, mencionar lo que publicaba y los congresos en España. Creo que fue lo mejor que pude hacer. Al final de curso cuando las cosas se me pusieron difíciles, noté que me tenían en muy buen concepto. Las profes son así, les tienes que gustar, darles una imagen, da igual los conocimientos que tengas. No lo hice por peloteo sino como dice el refrán, "no basta con serlo, hay que parecerlo". Creo que gracias a esa actitud salí con éxito de mis entuertos, a parte de que suelo tener buena suerte, claro.
La práctica en área clínica era otro cantar. La realidad en sí, totalmente distinto de lo que nos explicaban en la universidad. Mis primeras prácticas fueron en sala de partos. Me quedé fascinada. Recuerdo llamando a mi madre el primer día: "Mamá, aquí no ponen la epidural! Y respetan la intimidad de la señora! Y pueden parir en cualquier posición! Y no echan al marido! Y las comadronas no dejan entrar el médico si no hay necesidad! Y le piden permiso para hacerle un tacto y para la vitamina K! Y...!!!" Para mí fue alucinante. Me di cuenta de que hasta ahora había estado luchando tan sólo para obtener un título sin pararme a pensar cómo era la práctica en UK. Me sorprendió muy positivamente. Empecé a escribir sobre ello para darlo a conocer en España. Poquito a poco me fui dando cuenta de que tampoco es tan perfecto y que aún quedan muchas cosas por cambiar y mejorar, pero básicamente me abrió los ojos.
Gracias a lo que disfrutaba con las señoras pude soportar el trato a veces humillante que recibí por parte de algunas mentoras (las comadronas con las que trabajas y te evalúan al final). Ahora ya sé lo que es el "bullying". Tuve también muy buenas experiencias, sobretodo en la comunidad. Trabajé con Jan, una midwife que es para mí un ideal y estandarte en la profesión y nunca la olvidaré. Me trató como a una compañera más y me enseñó como una maestra a su discípula.
En la comunidad descubrí cuánta miseria hay en Reino Unido, cuántas familias viven hacinadas en pocilgas sin higiene y sin educación, aunque reciban ayudas del gobierno, y es que es su estilo de vida y no cambian. Muchos británicos no han superado la era Neanderthal. Me dí cuenta por muchas cosas más de que UK no es en realidad la "Potencia mundial" que Tony Blair y sus secuaces nos intentan vender. Qué decir de la inmigración clandestina, de los refugiados, de las mujeres forzadas y explotadas... nadie las protege realmente por mucho que digan.
En las prácticas tenía que luchar cada día para hacerme notar, demostrarles que no era retrasada mental aunque mi inglés no fuera perfecto, y recordarles que antes era enfermera y no peluquera. Costó mucho esfuerzo pero al final tenía un status y me respetaban bastante. Cuando acabé la carrera y empecé a trabajar, noté que confiaban en mí profesionalmente. Desde luego aprendí mucho inglés (o Broomy) gracias a la necesidad, y hasta me saqué el proficiency.
Recuerdo algo que me chocó la primera semana de clase: analizando el rol de la midwife, dijeron que ante todo la Midwife era "the women's advocate". Yo no lo entendía: "¿el abogado de la mujer? ¿Me he perdido alguna asignatura en la carrera? ¿Cómo voy a hacer de abogado?" Al final de curso me reconocieron que era una de las habilidades en las que más sobresalía. Defendiendo a mis señoras con capa y espada. Estoy muy contenta de haber podido aprender la profesión de esta forma, y pese a todo agradecida con la oportunidad que tuve en la universidad UCE de Birmingham, aunque hubo tantas cosas que odié (como el uniforme a rayas) y lo pasé tan mal a veces.
Lo mejor de todo la experiencia de compartir con mis amigas, Neus, Meri y Cintia, a las que echo tanto de menos ahora que me he mudado a Londres.
Hemos superado juntas las pruebas más difíciles y podemos decirlo con orgullo. Gracias a ellas llegué hasta el final. Lo más importante de la experiencia: poder contar con tus amigas y los que amas.
Es una alegría compartir las vivencias.
Un saludo
Mireia Marcos
Midwife
London
2005